Y allí van... parte del aire y allí van... en libertad
Por la vía láctea se encontrarán, en algún planeta, en algún lugar.
Donde va la gente y su corazón...
El enamorado siempre espera al otro, su gesto, su palabra, su señal. La espera siempre es impaciente, quiere revelarse, acelerar el tiempo. La espera tortura, incomoda o es ansiosa. Es como un gran espacio vacío en el que ya ni el polvo quiere levantarse. No importa cuanto abras las ventanas, ni cuanto sople el viento: ni el polvo quiere levantarse. Correr es inútil. No puedes huir. El espacio vacío es donde no estás –es decir– conmigo. Debes morar allí. Supongo, eso es la arquitectura: construir en un inhóspito lugar, la casa de cuentos de hadas, un mundo al revés como el de Alicia, un lugar donde esperarte. El enorme guardarropa en el que ya nada cabe...